Desde finales de febrero a principios de marzo, el combinado eléctrico español superó el 80% de generación de energía limpia, con cero emisiones. Incluso hubo momentos en que se llegó a rozar casi el 90% de energía verde mientras que, durante el año pasado, no se alcanzó el 60% del total. De ahí la importancia de esta noticia.

Análisis de las cifras

La producción de energía verde se consiguió sumando la procedente de las energías renovables más la generada por las plantas nucleares. Hubo ocasiones en que las primeras llegaron a alcanzar cerca del 70% de la cifra total. De ese modo, nuestro país se está transformando en el territorio más verde del continente europeo, sin incluir a los franceses, suecos e islandeses, que surten su red eléctrica prácticamente a base de energía nuclear.

Esta situación se logró cuando la energía eólica alcanzó picos del 60% de consumo durante el sábado y el domingo del citado periodo.  Ocurrió porque, ante el aumento de la demanda, el operador eléctrico ordena disminuir la generación de energía nuclear mientras mantiene algo de las centrales térmicas de carbón y ciclos combinados.

Al sumar la electricidad proveniente de las plantas solares, hidráulicas y eólicas, se repetirán, cada vez con mayor frecuencia, estos momentos en los que la energía limpia vuelve verde nuestra red.

En este sentido, la energía solar obtenida con tecnología fotovoltaica irá ganando protagonismo en los meses venideros por el inminente cambio horario y el aumento progresivo de las horas de sol.   

Así, paulatinamente, a la vez que se vayan extinguiendo las plantas térmicas que utilizan el carbón como combustible, sobre principios del verano, el combinado energético será menos contaminante.

En definitiva, si tenemos en cuenta la potencia de energía renovable que se va a producir junto con el 20% nuclear asegurado, nuestro país se está convirtiendo en un claro paradigma de cómo debe alcanzarse el objetivo de cero emisiones.

¿Son mejores otros países?

Aunque hay quienes pretenden hacernos creer que el modelo a seguir son Australia o Alemania, sin embargo, sus combinados energéticos son bastante menos verdes ya que, si bien es cierto que poseen muchas plantas de energía limpia, también continúan manteniendo centrales que obtienen su energía a partir del carbón.

En el caso concreto del gobierno alemán, los partidos políticos decidieron cerrar las plantas nucleares en lugar de las contaminantes del carbón. Por el contrario, en Australia no solo no se cerraron estas últimas, sino que hay lugares de su territorio donde son la única alternativa y que constituyen verdaderos puntos negros.

Por el contrario, España está debidamente centrada en alcanzar la descarbonización total de su producción energética. Mientras que anteriormente nunca se había logrado bajar del medio centenar de millones de toneladas de gases invernadero al año, en 2.019 nos quedamos a 400.000 toneladas de esa cifra. Algo impensable hasta ahora.

A pesar de todo, aún hay mucho camino por recorrer para lograr la descarbonización total. La fecha límite es el 2.050 pero, de continuar en esta línea, podremos ver momentos puntuales muy próximos a dicho objetivo.