En el marco del planteamiento que mantiene la UE para revertir los efectos del cambio climático, los países miembros se han propuesto unas metas muy concretas: 

- En 2.050: Descarbonización total. 
- En 2.040: Restricción de las emisiones contaminantes a la atmósfera de manera que pasen a ser solo un 20% del total.
- En 2.030: Reducción de dichos gases hasta el 60% del total. 

Es evidente que, para alcanzar estos objetivos, la energía procedente de fuentes renovables es clave en el proceso. 

Para hablar sobre la función que desempeña en nuestro país y la forma en que sería conveniente abordar los próximos tiempos, si es que no deseamos quedarnos postergados, se organizó la Mesa sobre la ‘Radiografía de las energías renovables en España’ de la mano de un conocido periódico (El Confidencial) y Naturgy.

En ella estuvieron representadas, entre otras, empresas y organismos tan relevantes en esta temática como Red Eléctrica Española, el CENER, el Instituto de Energía Solar (Universidad Politécnica de Madrid ) y la Asociación de Empresarios de Energía Eólica.

Es evidente que el gobierno de España está comprometido con el impulso de las energías renovables, de hecho, la descarbonización de nuestra economía y el paso progresivo al uso de energías renovables constituye el 3er punto en el nuevo preacuerdo gubernamental. 

Está previsto que entre 2.021 y 2.030 cerca del 45% de la totalidad de la energía consumida en nuestro país sea verde, cantidad que ascenderá a más del 70% si hablamos de consumo eléctrico. Con el fin de lograrlo, se deberá reducir la potencia eléctrica instalada de no renovables al 30%.

Todos coinciden en que el reto es formidable, aunque, el hecho de que la tecnología haya evolucionado tanto está facilitando el crecimiento de la energía renovable y, de manera paralela, la disminución de sus costes.

En el caso de las plantas de energía fotovoltaica y en las eólicas, el coste ha bajado en 7 de cada 10 euros y se prevé que siga decreciendo. Varios estudios señalan que el combinado de energía eléctrica más eficaz y económico (a partir de 2.030) contendrá un porcentaje comprendido entre el 70 y el 80% de energía renovable.

Mientras que hace una década existían 3 grandes obstáculos para la expansión de la energía procedente de fuentes renovables (los costes, la deuda tarifaria y una red preparada para asumirla), estos inconvenientes han desaparecido y todos los sectores creen en la sostenibilidad y viabilidad del sistema.

Si bien la conexión de la red ha resultado exitosa en España, el siguiente desafío se centra en la distribución de la creciente generación de electricidad renovable dentro de unos modelos óptimos, seguros, eficaces y de calidad. Esto va a suponer que se necesite fortalecer la red y digitalizarla, gracias a la tecnología.

Los responsables de Naturgy presentes en la Mesa calculan que, para llevarlo a cabo, harán falta unos treinta mil millones de euros que se deberán invertir a finales de la década de 2.020. Lo que ellos plantean es que “no se trata ni de hacer más kilómetros de red ni de instalar más transformadores, se trata de convertir la existente en inteligente y dinámica para soportar las renovables que vamos a conectar”.

Junto a la digitalización y mejora de la red, se necesitará dar respuesta a temas como el almacenamiento. Ya se está abriendo y difundiendo la vía del autoconsumo y se plantea como meta alcanzar 1.000.000 de instalaciones para 2.030.

Independientemente de que se logre o no, la infraestructura de la red eléctrica debe estar capacitada para ello a fin de que el usuario final pueda elegir esta opción.

En nuestro próximo artículo seguiremos ahondando en toda esta temática.

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